martes, 15 de julio de 2014

Dos miseros días.

Pequeño, ya lo entenderás algún día. Sabrás lo que es besar y ser besado, entenderás porque amar es doloroso y si no se es amado por la persona amada. Correrás por caminos gritando de rabia al no conseguir lo propuesto, respirarás nuevo aire cargado de energía para enfrentar lo que venga. Aprenderás a contar con gente que te hará mostrar tus hoyuelos. Te estirarás de los pelos cuando lleguen los exámenes finales y llorarás si algo sale mal, reirás cuándo todo haya merecido la pena. Soñarás aquello que más desees y caerás hasta lograrlo, se te romperá el corazón y una personita unirá el puzzle destrozado. Odiarás ser un maldito adolescente que no sabe que dirección seguir. Te preguntarán sobre tu futuro cada día y te encogerás de hombros. Te mirarás al espejo y querrás cambiar, mil cambios hasta que te encuentres. Un simple <<te quiero>> te parecerá para siempre. Harás locuras sin mirar las consecuencias. Gritarás, odiarás, discutirás con personas que siempre van a estar ahí porque no te comprenden, serás un incomprendido hasta que entiendas que ni tu mismo te comprendes, crecerás y mirarás atrás y ahí lo entenderás todo : que no era necesario crecer tan rápido.Pequeño, que yo tampoco entendí que la vida eran dos días, y yo hoy ya estoy en pasado mañana.



martes, 1 de julio de 2014

Segundos.


Tanto tiempo hace de aquel crucero que disfrutaron mis manos, ese crucero por tu cuerpo, que aunque me parecía gratis, me pasó factura, la cual solo pude pagar con mi corazón.
Un corazón que cada vez que late dice tu nombre y cada latido duele más.
Un crucero que acabó tragicamente hundiéndome como el Titanic, cada centímetro alejada de ti era un centímetro más cerca de la felicidad, pero el amor nos convierte en ignorantes y ahí estaba yo buceando hacia ti, rodeándome en tu cuello pensando que me ibas a salvar y dar aire, pero una vez más las ganas de que suceda algo nos ciega de las consecuencias, y mi consecuencia eras tú y tu falso cariño que destrozó mis pulmones para que dejara de respirar.
Y no importa cuántos minutos segundos tarde en salvarme o si lo hago, solo importa el doloroso segundo en el que me di cuenta de que estaba envuelta en una mentira de princesas y sapos convertidos en principes, porque ese segundo marcó el punto final a la trágica historia donde los protagonistas somos tú y yo.